Hola, me llamo Gonzalo Spegazzini, resido en la ciudad de La Plata (Prov. de Buenos Aires, Argentina) y me dedico a la AROMATERAPIA profesionalmente hace ya unos cuántos años.
Estudié profundamente la misma, viví afuera un tiempo y luego regresé a mi país, Argentina.
Posteriormente me formé en distintos tipos de terapia y algunas ramas derivadas de la homeopatía, así como también en química y formulación.
Desciendo de una familia de grandes científicos, entre quienes destaca principalmente mi bisabuelo, el botánico Carlos Luis Spegazzini conocido en el mundo por sus grandes descubrimientos y aportes a la ciencia, así como por su desarrollo en la creación de la ciudad de La Plata.
Desde hace ya unos cuantos años doy charlas en diferentes radios y escribo diferentes artículos relacionados al mundo de la aromaterapia para distintas revistas. También doy conferencias y charlas dentro y fuera del país.
Formo parte de algunos organismos de Aromaterapia por lo que continuamente me encuentro actualizado acerca de los últimos avances en los estudios de la misma.
¿Cómo es que descubrí la aromaterapia clínica?
La aromaterapia se acercó a mi vida sorpresivamente. Te contaré como surgió.
Descubrí esta ciencia a la que considero también un arte a mis apenas 11 años de edad, a partir de un diagnóstico de psoriasis, aunque mi mayor encuentro comenzó a mis 13 años luego de una serie de episodios convulsivos que con los años fueron diagnosticados como epilepsia refractaria, lo que se sumó a una profunda sensación de tristeza.
En aquel entonces, no sabía nada acerca de la Aromaterapia, tan sólo era un juego con el que notaba sentirme mejor, resolver mis afecciones y que deseaba que todo aquel que se cruzara en mi camino conociera.
A medida que pasaba el tiempo más llamaba mi atención el poder que estas sustancias vegetales, denominadas aceites esenciales, guardaban en su interior, y más me sedujo la idea de poder hacer algo por mí mismo para sanarme y ayudar a los demás.
Así fue que descubrí la Aromaterapia clínica o científica.
Años más tarde decidí que era lo que quería estudiar y a lo que me quería dedicar de allí en más, y por gracia de la vida misma y mucho esfuerzo, tuve la oportunidad formarme profesionalmente con algunos de los más grandes aromaterapeutas del mundo.
Había despertado en mi una pasión muy grande, y para mi bienestar encima, poco a poco empecé a notar que mis enfermedades iban desapareciendo hasta no dejar rastro.
Con el paso del tiempo me llevé un gran chasco, descubrí que había una gran relación entre mis emociones y cómo las descargaba sobre mi cuerpo, cada vez que me enojaba y me sentía impotente ante ciertas situaciones volvía a tener una serie de descargas que dejaban mi cuerpo exhausto.
Estas descargas eran tan fuertes que llegaba a romperme los dientes.
Por suerte eso pasó.
¿Cuándo? Cuando decidí cambiar y aceptar lo que la vida me había traído. Así fue que empecé a poner gran parte de mi energía en aprender aromaterapia profesionalmente en mucha profundidad, desde la química, la botánica, la física y la psicología.
Pasaron los años y yo aún soñaba con una visión de la persona en la que me podría convertir, del trabajo que podría realizar, de la aventura que debía vivir.
Musa, destino, señales, llamada divina o simplemente cabezonería, pero cuando esa vocecita me habló por dentro, supe que debía escucharla.
Creo –y es algo muy personal– que este tipo de llamadas surgen por algo, y que si las ignoramos nos volvemos un poquito más grises.
Por el contrario, si las seguimos, la magia se pone de nuestra parte y aparecen puertas donde antes sólo había muros.
Pienso que este tipo de señales nos muestran nuestra misión en el mundo y no podemos omitirlas.
Años más tarde me encontré con que no podía conseguir los aceites esenciales de la calidad que necesitaba, así que comencé a importarlos desde diferentes partes del mundo, y es así como surge lo que hoy es mi marca Aromaterapia puerto de luces.
Aromaterapia puerto de luces nació a raíz de un sueño, un sueño que persistió en el tiempo, cuyo objetivo es poder acercarte un poco de amor y dulzura a través de las plantas.
Los aceites esenciales son maravillosos compañeros de ruta que nos acompañan y sacan a relucir cosas nuestras, espacios impensados, virtudes que no sabíamos que se hallaban dentro nuestro, luces, sombras, deseos que se han negado y hasta olvidado con el tiempo.
Con el paso de los años me sentí solo en este área, ya que casi no hay quien se dedique a esto en Argentina, así que me replanteé la posibilidad de empezar a brindar estos conocimientos tan valiosos que la vida me había regalado a otros.
Así surgieron mis primeras exposiciones en público y las primeras charlas informativas, junto a los primeros talleres que brindaba.
Pronto abrí mi primer espacio terapéutico, y comencé a atender diferentes personas que se iban acercando a pedir ayuda. Lo cierto es que llamaba cada vez más gente y mientras corría la bola de los resultados que obtenía con mis pacientes, se interesaban casos cada vez más dificultosos por el tipo de terapia que hacía.
Los resultados eran asombrosos, quienes me conocen saben de lo que hablo. Así fue como me encontré acompañando procesos muy dolorosos desde lo emocional y lo físico, con un gran éxito en casi el 100% de quienes se acercaban a pedir ayuda.
Haber descubierto la aromaterapia me ha brindado enormes satisfacciones.
Recuerdo el caso de un consultante que me llamó muy angustiado para pedirme le ayude y acompañe en el proceso de preparación previa a la posterior amputación de una de sus piernas. Santiago se acercó a mi en un estado de profundo terror por lo que debía vivir.
Le habían diagnosticado una bacteria en su cuerpo, y aunque le habían inyectado penicilina, ya ni ésta le hacía efecto. Así que decidí que debía hacer algo más y comencé a atenderlo con el consentimiento de sus médicos, quienes poco creían que pudiera hacer.
Quedaban 9 días para la amputación por falta de quirófano, así que me tomé el trabajo de ir todos los días a aplicar sobre la piel de Santiago una mezcla de aceites esenciales que con mucho amor había preparado.
Para sorpresa de todos, a los 7 días de atenderlo, Santiago no sólo se sentía mejor de ánimo, sino que al hacerle su médica un raspado para analizar otra vez la bacteria encontró que ya no estaba. Sí.. la bacteria había cedido.
Actualmente Santiago no sólo goza de tener sus dos piernas sanas, sino que además disfruta mucho de sus paseos en bicicleta.
Este es tan sólo uno de los casos que he atendido, pero podría contarte muchos.
Por esto y por mucho más es que elijo una y otra vez la aromaterapia como mi estilo de vida.
Actualmente sigo trabajando como terapeuta y formador en aromaterapia clínica.
Como terapeuta acompaño procesos personales de angustia, enfermedad, dolor, a través del uso de estas sustancias vegetales tan curativas derivadas de las plantas denominadas aceites esenciales.
Mi labor en consultorio tiene que ver con ayudarte y acompañarte en tu proceso personal a descubrir tu llama divina, esos espacios de luz y de sombra que te habitan.
Te invito a que juntos trabajemos en ti mism@ para descubrir tu potencial, estimular tus virtudes, liberarte de miedos y obstáculos, encontrarte a vos mism@ y a partir de allí, conocerte un poco más.
Cuando no te escuchás aparecen síntomas en tu cuerpo y te enfermás.
Puedo ayudarte a trabajar en lo emocional y en lo físico, con el fin de restablecer tu salud, aminorar síntomas molestos, y mejorar tu calidad de vida.
Como formador enseño aromaterapia a quienes están interesados en conocerla en profundidad.


