
La lavanda posee uno de los aceites esenciales más suaves y versátiles que existe en la aromaterapia. No quiero decirte con esto que sea un curalotodo, pero sí que va servirte mucho.
Puedes usarla para relajarte, para limpiar una herida, calmar la piel enrojecida, desinflamarla, repararla y cuidarla, para mejorar tus vías respiratorias e incluso cuando tus emociones estén a flor de piel y te sientas abrumado/a. La Lavanda es una gran reparadora de lesiones como torceduras de tobillo y torceduras musculares.

Calma el sistema nervioso e induce a una mejor relajación. Ayuda a prevenir el insomnio y a mejorar las horas de sueño. Además es excelente para quienes sufren de presión alta, ya que tiende a normalizarla. Ahuyenta los mosquitos, calma el dolor en quemaduras.
Suele ser parte de mi botiquín y el de Vero de primeros auxilios.
Puedes agregar tan solo unas 8 gotas de aceite esencial a un kg de sal marina, revolviendo hasta que sea absorbida por la sal y a continuación agregar la preparación a tu baño de inmersión antes de acostarte. Quédate 20 minutitos descansando para que sus componentes penetren a través de tu piel.
Te aseguro que tendrás un sueño muy reparador.
Si quieres aprender a utilizarla puedes anotarte en nuestro taller en donde veremos como usar unos cuantos aceites esenciales para mejorar nuestra calidad de vida!
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