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Aromaterapia puerto de luces

Te invito a conocer qué es y qué no es la Aromaterapia

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Gonzalo Spegazzini

Aromaterapia científica

18 septiembre, 2022 por Gonzalo Spegazzini 4 comentarios

En el mundo de la aromaterapia existen distintos enfoques a la hora de hablar de aceites esenciales. Los aceites esenciales son las sustancias más complejas dentro del reino vegetal y esto se debe a que contienen la mayor diversidad y más grande concentración de componentes bioquímicos en relación a otras sustancias naturales. La ciencia se inspira desde hace muchos años a través de estos y otros componentes naturales para la síntesis de fármacos.

Hablar de la aromaterapia como una medicina alternativa es subestimar su poder de acción, la aromaterapia es una medicina natural.

En Francia, existe un listado enorme de aceites esenciales que el público no puede conseguir sin receta médica. El hecho de que no todos los aceites esenciales figuren como medicamentos no elimina el riesgo de toxicidad de algunas de estas sustancias con principios activos tan complejos como potentes y variados. Y este es el motivo por el que deben manipularse con sumo cuidado.

Los inicios de la aromaterapia surgen en la antigüedad, los egipcios ya usaban plantas, resinas aromáticas y aceites esenciales en el proceso de embalsamado (prevención de la putrefacción y descomposición del tejido que alguna vez vivió) con excelentes resultados.

Maravillosamente conservaron con éxito animales y seres humanos mediante este método y los sacerdotes pronosticaron (¡correctamente como sucedió!), que estos cuerpos durarían al menos 3000 años.

Sin embargo la aromaterapia como la conocemos hoy surge a principios del siglo XX en Francia, de la mano del químico René Maurice Gattefossé (1881-1950), conocido actualmente como el padre de la aromaterapia, quien acuñó este término en su obra L’Aromathérapie (1928).

En 1910, mientras trabajaba en su laboratorio, fue quemado en una explosión. Días después, las heridas se infectaron con gangrena gaseosa, infección que curó con aceite esencial de lavanda (Lavandula angustifolia) tras haber escuchado a los recolectores en el campo decir que era milagrosa frente a las heridas.

Impresionado, Gattefossé dedicó su vida a investigar los aceites esenciales.

Muchos de sus pacientes eran soldados heridos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Utilizaba aceites esenciales como tomillo, manzanilla, clavo y limón. Hasta la Segunda Guerra Mundial, esos aceites esenciales se usaban para desinfectar heridas y esterilizar instrumentos quirúrgicos (Ryman 1991).

Pero más adelante de la mano de Gattefossé y el famoso y reconocido médico Jean Valnet, la aromaterapia comienza a recobrar otro sentido.

Nacen los primeros estudios científicos sobre los aceites esenciales y las esencias con el fin de poder comprenderlos mejor y así conocer sus usos, precauciones y cuidados.

Los primeros ensayos clínicos surgen en medio de la segunda guerra mundial cuando Valnet decide tratar a los heridos, utilizando aceites esenciales con el fin de desinflamar, limpiar y desinfectar las heridas, quedando perplejo al observar con sus propios ojos los resultados que obtenía.

Entre los aceites que más usó se encontraba el árbol de té (Melaleuca alternifolia).

Posteriormente la bioquímica Marguerite Maury abre un nuevo campo en la aromaterapia al introducir el uso de los aceites esenciales en el rubro de la cosmética.

Luego, allá por el año 1973 en Bulgaria, Atanassova-Shopova encuentran que moléculas como el linalol y el terpineol presentes en la Lavandula angustifolia tenían un efecto depresor sobre el sistema nervioso central (SNC).

En 1975 el investigador y pionero francés Pierre Franchomme (farmacéutico de profesión) asocia el término «quimiotipo o raza química» a los aceites esenciales para definirlos en función de su composición química, la cual depende del tipo de cultivo, clima, tipo de suelo, humedad, altitud, latitud, zona geográfica, etc.

Los doctores en Medicina Pénoël y Fhanel también continuaron sus estudios en el campo y así surgieron los primeros investigadores que se dedicarían a la aromaterapia científica a través del estudio de diversas moléculas, Robert Tisserand, Rodney Young…

En 1980 la enfermera Helen Passant, introduce los aceites esenciales en el hospital de Churchill en Oxford (Inglaterra), donde descubre como sus pacientes logran conciliar el sueño al reemplazar los analgésicos y sedantes por Lavanda y Mejorana, lo que se comprueba posteriormente cuando en 1988 Robert Tisserand descubre en sus investigaciones que los efectos terapéuticos del aceite esencial de Lavanda superaban ampliamente a los de las benzodiazepinas (medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central y poseen efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes) a la hora de tratar el insomnio.

Bachbauer, Yamada, Elisabetsky, Moura Lincke, y otros tantos investigadores descubren los efectos tranquilizantes de la Lavanda (Lavandula angustifolia) concluyendo poseía efectos hipnóticos y anticonvulsivos, lo cual hoy en día sabemos que es cierto y lo debemos en gran parte a su alto contenido en linalol.

En el presente, la ciencia ha podido determinar que la lavanda es reguladora del sistema nervioso, calmante, sedante, potente antiespasmódica, ansiolítica, analgésica, anticonvulsiva, e incluso neuroprotectora gracias a un principio activo denominado acetato de linalilo, un tipo de éster con diversas e importantes propiedades. Pero pensemos que un aceite esencial guarda un gran número de moléculas en su composición trabajando entre ellas de manera extraordinaria y en sinergia. Algunos de ellos poseen incluso más de 200 moléculas en su composición, un tesoro invaluable que nos regala la naturaleza.

La bioquímica de los aceites esenciales

En aromaterapia, las propiedades comunes a menudo se atribuyen a moléculas pertenecientes a la misma familia bioquímica, y aún incluso cuando no podemos hacer ninguna conexión directa entre la presencia de una función química dada y su acción fisiológica, es importante conocer esta clasificación.

Dentro de esta clasificación de familias bioquímicas nos encontramos con distintos grupos a los que denominamos grupos funcionales. Algunos de ellos son los monoterpenos, los sesquiterpenos, las cetonas, los aldehídos, los fenoles, los ésteres, los éteres, los terpenoles, etc..

Los monoterpenos, por ejemplo son potentes antisépticos respiratorios y antisépticos aéreos, tónicos generales y buenos descongestivos respiratorios, pero también excelentes circulatorios.

En este grupo nos encontramos con varios aceites esenciales que contienen estas moléculas, como el árbol de té, el pomelo, el limón, la lima, la naranja dulce, el pino, el ciprés, el mirto, el enebro. Conocer esta bioquímica nos permite también entender aún mejor sus contraindicaciones, ya que todos estos aceites esenciales pueden ser irritantes si se colocan puros sobre la piel, al mismo tiempo que también algunos son nefrotóxicos, pero si aprendemos a utilizarlos correctamente podremos aplicarlos con toda tranquilidad.

Los aceites esenciales obviamente no contienen parabenos, bisfenol A, sales de aluminio, ftalatos u otros disruptores endocrinos sintéticos, que pueden interferir con la fertilidad, la tiroides, promover el sobrepeso y la diabetes, aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, así como enfermedades neurológicas o neuroconductuales (hiperactividad , agresividad, ansiedad, etc.). 

Por otro lado, sus moléculas naturalmente activas pueden mejorar nuestro funcionamiento. Por ejemplo: los aldehídos terpénicos (limón, bergamota, citronela, etc.) favorecen la microcirculación; las cumarinas (bergamota, cilantro, …limón, lima) son anticoagulantes e hipotérmicas… pero manchan la piel con la exposición al sol, por lo que son difíciles de aplicar en verano a menos que se coloquen en una zona que se cubra bien por muchas hs posteriores a su aplicación tópica; los azulenos (geranio bourbon, manzanilla, tanaceto) calman la piel irritada; los ésteres (Lavandula angustifolia) son descongestivos…

Las plantas sintetizan multitud de sustancias activas (alcoholes, éteres, acetatos, fenoles, cetonas…). Están formados por moléculas químicamente definidas y bien identificadas y cuantificadas, en particular durante la destilación. Por eso, cuando extraemos algunas de estas moléculas concentradas en el aceite esencial, aprovechamos sus propiedades para obtener sus beneficios terapéuticos.

La mayoría de los aceites esenciales son polimoleculares, es decir, están formados por unas pocas moléculas en grandes cantidades y multitud de otras en pequeñas cantidades, incluso en trazas. Sin embargo, estas pequeñas trazas incluso pueden cambiar el aroma y las propiedades terapéuticas de un aceite esencial. 

Las plantas sintetizan multitud de sustancias activas (alcoholes, éteres, acetatos, fenoles, cetonas…). Están formados por moléculas químicamente definidas y bien identificadas y cuantificadas, en particular durante la destilación. Por eso, cuando extraemos algunas de estas moléculas concentradas en forma de aceite esencial, aprovechamos sus propiedades aún mejor para obtener sus beneficios terapéuticos.

La mayoría de los aceites esenciales son polimoleculares, es decir, están formados por unas pocas moléculas en grandes cantidades y multitud de otras en pequeñas cantidades, incluso en trazas. Sin embargo, estas pequeñas trazas incluso pueden cambiar el aroma y las propiedades terapéuticas de un aceite esencial. 

Por ejemplo, el AE de naranja dulce no huele en absoluto igual que el AE de pomelo, ni que el de lima, o el de limón, sin embargo están compuestos mayoritariamente por una molécula denominada limoneno, presente en un 95% aproximadamente en la naranja dulce y en un 97% aproximadamente en el pomelo, así como en cantidades menores en el resto de estos otros aceites esenciales. Aún así, son las otras moléculas, en pequeñas cantidades, las que crean esa diferencia, tanto a nivel olfativo como a nivel terapéutico.

Todo el mundo conoce los clásicos antiinflamatorios, antibióticos o sedantes. En aromaterapia también existen familias moleculares con características, propiedades y contraindicaciones comunes.

Estas familias bioquímicas se relacionan con los principios activos más presentes en el aceite esencial en cuestión.

La clasificación de los aceites esenciales por “familia bioquímica” permite comprender por qué, para tal dolencia, un aromaterapeuta preferirá el aceite esencial de ravintsara, otro el de niaouli y otro el de eucalyptus radiata. De hecho, estos aceites esenciales tienen una o más moléculas en común pero en diferentes cantidades, por ejemplo, 1,8-cineol (eucaliptol).

Publicado en: Sin categoría Etiquetado como: aceites esenciales, Aromaterapia científica, aromaterapia clínica

Aceites esenciales y patologías hormonodependientes.

27 febrero, 2022 por Gonzalo Spegazzini 6 comentarios

Todo aceite esencial está compuesto por decenas o centenares de moléculas que actúan sobre diferentes niveles de nuestro organismo.

Cada una de estas moléculas tiene una estructura y una actividad específica que actuará a nivel de un sistema (digestivo, respiratorio, etc.), un órgano o simplemente un tejido en particular.

Nuestras hormonas son modificadas constantemente por nuestros hábitos, como también por nuestros pensamientos.

El sistema hormonal o sistema endócrino también puede ser regulado por las moléculas aromáticas presentes en los aceites esenciales.

En algunos casos como por ejemplo una situación de intenso estrés, o un problema hormonal femenino, esto puede ser muy beneficioso para el cuerpo; sin embargo, en caso de patologías hormonodependientes deberemos tener en cuenta ciertas recomendaciones.

Para entender esto, primero deberemos comprender en qué consiste una hormona. 

Una hormona es una sustancia secretada por nuestro cuerpo para transmitir un mensaje a un órgano diana. Para actuar, la hormona se unirá, como una pieza de su rompecabezas, a un receptor específico. Una vez que se fija la hormona, se envía el mensaje; luego de que el órgano objetivo recibe el mensaje, actuará en consecuencia.

Conocemos muchas hormonas que actúan buscando el buen funcionamiento del organismo:

Por ejemplo, luego de comer, los niveles de azúcar en sangre aumentan. Una hormona denominada insulina detectará este cambio por lo que el páncreas intentará secretar ésta intentando enviar al hígado un mensaje. El hígado sabrá a partir de ello que deberá reducir los niveles de azúcar en sangre, ya que un nivel muy alto podría tener consecuencias nefastas para la salud, en especial para el sistema cardiovascular.

Insulina = mensaje para bajar el nivel de glucosa en sangre

Otra hormona muy conocida por todos nosotros es la testosterona, hormona producida en los testículos y las glándulas suprarrenales, la cual permitirá la maduración de espermatozoides jóvenes y la aparición de las características sexuales secundarias como la voz (que cambia con la adultez), el crecimiento de vello, el aumento del tamaño de los testículos y el pene.

Testosterona = en la pubertad, mensaje para que el hombre crezca

Esto nos muestra que las hormonas son mensajeros esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

El sistema endocrino regula y coordina muchas funciones esenciales (crecimiento, desarrollo, metabolismo, comportamiento, etc.). De este modo un gran número de órganos son regulados por las hormonas.

Ahora bien, el sistema endocrino puede verse afectado por una estimulación anormal de los órganos debido a hormonas provenientes del exterior (los que conocemos como disruptores endocrinos). Una vez que este sistema endocrino se altera, la cantidad de hormona producida puede ser mayor o menor de lo normal, lo que produce distintas patologías.

Por ejemplo existen algunos tipos de cánceres que afectan a órganos regulados por hormonas (útero, próstata, tiroides, mamas, ovarios, etc.), a los que llamamos cánceres hormonodependientes. En este tipo de cánceres el crecimiento y desarrollo de tumores son estimulados por las hormonas. Las hormonas se unirán a las células tumorales con receptores específicos y así estimularán su multiplicación. Por lo tanto, estas hormonas promueven el desarrollo de un tumor.

Este es el motivo por el que en muchas situaciones se aconsejan tratamientos de terapia hormonal. A través de estos se intenta inhibir la producción de las hormonas responsables o bloquear la acción de las hormonas directamente a nivel del tumor. 

Existen también otras patologías, no únicamente el cáncer, que afectan por ejemplo, al útero, (endometriosis, adenomiosis), al tiroides (hipo o hipertiroidismo), etc.

Cuando hablamos de aceites esenciales no podemos olvidar que están compuestos por una gran variedad de moléculas entre las que nos encontramos con algunas de estructuras muy similares a las estructuras hormonales. Por ejemplo, la Salvia sclarea, rica en esclareol, tendrá una estructura cercana a la hormona llamada estrógeno. Por lo tanto, esta molécula podrá unirse a los receptores de estrógeno específicos y comportarse como tal (motivo por el que hablamos de una sustancia que es similar al estrógeno).

En el caso de que se desarrollen patologías que tengan que ver con ciertas hormonas, está estrictamente prohibido usar aceites esenciales que contengan moléculas que imiten los efectos de esas hormonas.

Algunos aceites esenciales similares a las hormonas, como la cortisona, o el estrógeno pueden tener grandes beneficios para la salud. La Salvia sclarea, rica como mencioné anteriormente en esclareol, imitará el efecto del estrógeno, lo que tendrá efectos muy beneficiosos sobre la premenopausia y la menopausia. Ayudará a luchar contra los períodos irregulares, los sofocos, y otros síntomas al regular el sistema hormonal. 

Publicado en: Sin categoría

¿Sin poder dormir?.. Insomnio

5 abril, 2021 por Gonzalo Spegazzini Deja un comentario

En tiempos de pandemia, el estrés se encuentra cada vez más presente entre nosotros. El número de casos con dificultades para dormir ha ascendido indiscriminadamente y esto no es casual, adaptarse repentinamente a tanto cambio requiere ser consciente de las herramientas que tenemos, sin perder de vista que lo que vemos es tan solo una percepción de cómo sentimos y habitamos el mundo.

El insomnio tiene que ver con una dificultad para dormir o permanecer dormido. Existen distintos tipos de insomnio y distintas causas que pueden ir desde la angustia y estado de alerta o amenaza a incluso alguna problemática física. El sueño es manejado por una hormona denominada melatonina, secretada por la glándula pineal y sintetizada por distintos órganos y tejidos corporales. 

Según varios estudios científicos y ensayos clínicos, algunos aceites esenciales poseen un efecto similar e incluso mejor que las benzodiacepinas (principios activos cuya acción disminuye la excitación neuronal y que tienen un efecto antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante muscular) a la hora de tratar esta problemática. 

Hasta donde sabemos allá por el año 1973 en Bulgaria, Atanassova-Shopova encontró que el linalol y el terpineol presentes en la Lavandula angustifolia tenían un efecto depresor sobre el sistema nervioso central (SNC).

En 1980 la enfermera Helen Passant, introduce los aceites esenciales en el hospital de Churchill en Oxford (Inglaterra), donde descubre como sus pacientes logran conciliar el sueño al reemplazar los analgésicos y sedantes por Lavanda y Mejorana.

Posteriormente y ya hace de esto unos 33 años de esto (1988) Robert Tisserand hace mención a que el aceite esencial de Lavanda supera a las benzodiazepinas a la hora de tratar el insomnio sin los efectos adversos que poseen estas otras.

1991 en Alemania Bachbauer descubre el efecto sedante de la lavanda a través de la inhalación en una investigación hecha con ratones a los que primeramente se les introdujo cafeína.

1994 en Japón, Yamada descubre en un estudio realizado con ratones que inhalar lavanda a través de su aceite esencial posee un efecto anticonvulsivo.

1995 Elisabetsky descubre los efectos hipnóticos y anticonvulsivos del linalol presente en la Lavandula angustifolia.

2009 Moura Lincke reafirma otras investigaciones anteriores al demostrar que el linalol, induce el sueño en los ratones 

Al día de hoy la industria farmacéutica se vale no solo del uso de benzodiazepinas (medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central y poseen efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes), sino también de las no benzodiazepinas, agonistas del receptor melatonina, reguladores circadianos, etc.., pero sabemos que también existen grandes y peligrosas consecuencias para el organismo con el uso de estas sustancias.

Algunos ejemplos de ellas son:

Valium, Prosom, Dormalin, Halcion, Ativan, Dalmane, Mogadon, Clonazolam, Flubromazolam, Meclonazepam,Lunesta, Sonata, Rozerem, Xanax, Tranxene, Paxipam, Serax, Doral, Central, Zolpidem, Restoril (diazepam, estazolam, quazepam, oxazepam, prazepam, triazolam, lorazepam, flurazepam, nitrazepam, eszopiclone, zaleplon, ramelteon, edluar, temazepam).

¿Por qué utilizar Lavanda entre los aceites esenciales posibles?

Hoy en día sabemos que la lavanda es reguladora del sistema nervioso, calmante, sedante, potente antiespasmódica, ansiolítica, analgésica, anticonvulsiva, e incluso neuroprotectora gracias a un principio activo denominado acetato de linalilo, un tipo de éster con diversas e importantes propiedades. Pero pensemos que un aceite esencial guarda un gran número de moléculas en su composición trabajando entre ellas de manera extraordinaria y en sinergia. Algunos de ellos poseen incluso más de 200 moléculas en su composición, un tesoro invaluable que nos regala la naturaleza. 

El efecto beneficioso de la aromaterapia sobre el insomnio viene dado en principio porque ciertos aceites esenciales poseen acción relajante gracias a algunos de sus principios activos, lo que puede aliviar el estado de alarma incluso a lo largo del día, algo sumamente necesario en estos tiempos en donde abunda el miedo, la angustia, la tristeza, la desesperanza y la depresión. Los AE que contienen ésteres como acetato de linalilo, formiato de geranilo, antranilato de metilo y alcoholes monoterpénicos (linalol, geraniol, alfa-terpineol…) son los más activos. Para una acción más sedante buscamos aceites esenciales que contengan: citrales (aldehídos monoterpénicos, aroma de limón); derivados del nitrógeno (antranilato de metilo, éster de nitrógeno); linalol (alcohol monoterpénico);  ésteres monoterpénicos.

Los aceites esenciales tienen varias formas de uso y aplicación:

A) Vía olfativa: la volatilidad de los aceites esenciales permite el ingreso de los mismos simplemente a través de la inhalación, una manera muy sencilla de aplicar la aromaterapia. Al respirar, los principios activos de los aceites esenciales entran en contacto con la mucosa olfativa (nariz, garganta, pulmones). A través de estas inhalaciones y dependiendo de los principios activos presentes en el aceite esencial 

respirado, el sistema límbico ordenará la secreción de hormonas, neurotransmisores (hormonas cerebrales), etc. Este método podemos utilizarlo para todo tipo de problemas o infecciones ORL (otorrinolaringológicas: angina, rinitis, rinofaringitis, otitis, sinusitis), así como también en afecciones de origen nervioso.

 Para ello recomiendo utilizar un trozo de papel o algodón al que le aplicamos entre 1 a 3 gotas de aceite esencial puro para respirar durante unos minutos. También se puede esparcir a través de algún difusor de AE en frío, o simplemente con algún colgante aromático (ánfora) al que agregaremos alguna gotita de AE. El tiempo de uso puede variar de 3 a 8 semanas a medida que vayamos viendo una mejoría.

B) Vía tópica: a través de la vía cutánea aplicamos los aceites esenciales directamente sobre la piel. Esta vía de administración es una de las preferidas y más utilizada ya que es muy bien tolerada y permite un rápido ingreso de los AE sin peligro siempre y cuando se respeten las condiciones necesarias. La llegada a la sangre es muy rápida, en 1 minuto varios de los principios activos habrán llegado al corazón para ser distribuidos desde allí a todo el organismo. Algunos aceites esenciales presentan riesgo al exponerse al sol siendo fotosensibilizantes (debido a la presencia de unas moléculas denominadas furanocumarinas), lo que podría producir fuertes manchas y quemaduras por exposición a los rayos solares. Otros son dermocáusticos, motivo por el cual siempre es recomendable antes de cualquier aplicación sobre piel diluirlos en algún aceite vegetal o vehículo conveniente. Esta vía presenta una muy baja toxicidad en comparación con la vía oral.

En este caso deberemos tener cuidado de aplicar los aceites esenciales previamente diluidos como corresponde con algún vehículo que lo permita como pueden ser los aceites vegetales (Jojoba, Palta, Almendra dulce, pepitas de uva, etc.). Cuando se aplica un aceite esencial sobre la piel, éste pasa a través del tejido cutáneo, hasta llegar al torrente sanguíneo (capilares y venas). Luego se difunde por todo el cuerpo. Por tanto, su acción puede ser local, pero también puede afectar a todos los órganos. Debido a la solubilidad de los compuestos aromáticos en sustancias grasas el pasaje transcutáneo es muy rápido (aproximadamente entre los 10 minutos y las 2 hs posteriores a su aplicación). 

Para ello podemos diluir en una cucharadita de aceite vegetal ( 5 mililitros ), 5 gotas de algún aceite esencial sedante y relajante. Mezclamos bien y a continuación colocamos unas gotas en antebrazos, pliegues de codos y rodillas, muñecas, pecho, pies y plexo solar a fin de ayudar a ingresar parte de estos AE a nuestro torrente sanguíneo (los AE penetran más rápido cuando son aplicados en áreas donde la piel es más delgada o hay una mayor cantidad de vasos sanguíneos).

. El tiempo de aplicación puede ir de 3 a 4 semanas en función de cómo nos vayamos sintiendo.

C) Vía oral: algunos aceites esenciales (no todos) se pueden tomar previamente diluidos en miel, aceite o las cápsulas en gel que se desarrollan para estos usos, mas nunca por ningún motivo podrán ingerirse en estado puro. La vía oral es muy utilizada en Francia por médicos y profesionales de la salud capacitados en aromaterapia clínica para tratar infecciones internas, ya sean respiratorias, digestivas, ginecológicas o urinarias. En este caso tendremos cuidado con aquellos AE que sean nefrotóxicos, neurotóxicos e incluso abortivos ( cetonas ). Y este es el motivo por el cual en general queda esta última intervención en manos de algún médico cualificado especializado en aromaterapia clínica. Para el caso no podremos pasarnos de los 225 mg por día (medidas para un adulto) diluidos en la base correspondiente y repartidos en tres tomas de 75 mg cada una. En este último caso no sobrepasar las tres semanas de ingesta.

Entre los AE recomendados para tratar el insomnio se encuentran la lavanda (Lavandula angustifolia), mandarina (Citrus reticulata), vetiver (Vetiveria zizanioides), mejorana (Origanum majorana), flor de tilo  (Tilia vulgaris), geranio (Pelargonium var. asperum), ylang ylang (Cananga odorata), neroli (Citrus aurantium var. amara), comino negro (Nigella sativa), palo de rosa (Aniba roseadora) y el petitgrain (Citrus aurantium L. ssp. amara) como algunos de los aceites que pueden mejorar nuestro sueño.

Si te gustó y querés saber más acerca de la aromaterapia clínica te invitamos a nuestro diplomado!!

Diplomado en aromaterapia clínica

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Lavanda ( Lavandula angustifolia )

7 mayo, 2020 por Gonzalo Spegazzini Deja un comentario

La lavanda posee uno de los aceites esenciales más suaves y versátiles que existe en la aromaterapia. No quiero decirte con esto que sea un curalotodo, pero sí que va servirte mucho.

Puedes usarla para relajarte, para limpiar una herida, calmar la piel enrojecida, desinflamarla, repararla y cuidarla, para mejorar tus vías respiratorias e incluso cuando tus emociones estén a flor de piel y te sientas abrumado/a. La Lavanda es una gran reparadora de lesiones como torceduras de tobillo y torceduras musculares.

Calma el sistema nervioso e induce a una mejor relajación. Ayuda a prevenir el insomnio y a mejorar las horas de sueño. Además es excelente para quienes sufren de presión alta, ya que tiende a normalizarla. Ahuyenta los mosquitos, calma el dolor en quemaduras.

Suele ser parte de mi botiquín y el de Vero de primeros auxilios.

Puedes agregar tan solo unas 8 gotas de aceite esencial a un kg de sal marina, revolviendo hasta que sea absorbida por la sal y a continuación agregar la preparación a tu baño de inmersión antes de acostarte. Quédate 20 minutitos descansando para que sus componentes penetren a través de tu piel.

Te aseguro que tendrás un sueño muy reparador.

Si quieres aprender a utilizarla puedes anotarte en nuestro taller en donde veremos como usar unos cuantos aceites esenciales para mejorar nuestra calidad de vida!

Taller Online

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Cómo sobrevivir a la rutina sin llegar al límite

5 mayo, 2020 por Gonzalo Spegazzini Deja un comentario

¿Alguna vez te has levantado de la cama con la sensación de no haber descansado?

Algo así como si la vida te hubiera pasado por encima.

Sabes te aguarda un largo día y te esperan muchas obligaciones por cumplir, pero tu cuerpo no te responde.

Tienes en claro que necesitas un cambio, pero te preguntas como podrías hacerlo si acaso no tienes tiempo para nada.

La realidad es que hasta que no tomes las riendas de tu vida y decidas actuar en consecuencia, todo seguirá siendo del mismo modo y tú sufriendo la presión de las obligaciones.

Cuando el cuerpo se desequilibra surgen síntomas y muchas veces, me atrevo a decir que la mayoría, intentamos anularlos queriéndolos hacer desaparecer con algún fármaco o distracción.

El cuerpo nos habla y si no le escuchamos genera síntomas más fuertes con la intención de hacerse oìr.

Ahora bien, tomar decisiones no siempre es fácil, ganar algo implica soltar algo también y a veces eso nos angustia.

¿Pero por qué nos angustia? Porque sentimos miedo a fracasar. El futuro es incierto y querer controlarlo todo hace que te sientas cada vez más descontrolado.

Adaptarnos a los cambios no es nada sencillo pero cuanto más te resistas más sufrirás.

Lo primero que debes hacer para cambiar es tomar consciencia y comprometerte contigo mism@ y tu proceso.

Quererte es cuidarte, y cuidarte es tenerte en cuenta a ti y tus necesidades.

No puedes decir que te amas si constantemente te haces daño, pero como tampoco quiero que te enrosques, no me voy a detener en este tema.

Así que quiero proponerte un plan, y para ello deberás hacer alguna renuncia.

Lo primero que necesitarás será hacer un par de ajustes.

Paso número 1:

No puedes comenzar el día con energía si no te alimentas bien. Así que te propongo dejes de lado la comida chatarra y empieces a alimentarte saludablemente, comer sano no tiene nada que ver con hacer una dieta rica en harinas refinadas, enlatados, azúcares y gaseosas.

Paso número 2:

Bebe cantidad suficiente de agua, pues si no lo haces tu cuerpo no solo se deshidratará sino también terminarás haciendo daño a tus riñones.

Paso número 3:

Haz un poco de ejercicio, no hace falta que revientes, tan solo 20 minutos pueden ser suficientes para oxigenar tu cuerpo, conectar con otras cosas y descargar un poco el malestar. Puedes bailar, correr, o simplemente pedir a algún profesional te arme una rutina.

Paso número 4:

Acuéstate temprano, descansa lo suficiente, pero trata de relajarte para hacerlo. Unos pocos minutos de descanso con el cuerpo relajado pueden ser mucho más valiosos que dormir toda la noche.

Para ello te aconsejo te recuestes cómodamente y te enfoques en respirar unos minutos por la nariz, sintiendo como sueltas el aire lentamente.

Vendrán mil pensamientos a tu mente, déjalos correr, sigue enfocad@ en tu respiración.

Utiliza aceites esenciales ricos en linalool y limoneno. Te ayudarán a bajar la ansiedad y el estrés. Lavanda, mandarina, limón, bergamota.

Si te cuesta dormir recuerda que tienes otros aceites esenciales muy beneficiosos como el vetiver, la mejorana, el palosanto, la flor de tilo.

Si quieres aprender un poco más a utilizarlos te invito a este taller online que estaremos dando este próximo Sábado 9 de Mayo.

Taller Online

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