
Todos experimentamos el estrés en algún momento de la vida, y de acuerdo al modo en el que nos adaptamos o no habrá impacto en nuestra salud.
El estrés no solo actúa en el campo mental, sino también en el plano físico y emocional.
Corremos de una lado para otro, nos excedemos ejercitando en el gimnasio, pasamos por cambios de todo tipo y por si fuera poco, después de tanta pérdida de energía, solemos tener una pobre alimentación en nutrientes (vitaminas y minerales).
Si nuestro cuerpo no se adapta al estrés terminará por romperse.
A más estrés más fácil es que enfermemos. Es conocido que el estrés fisiológico y psicológico disminuyen la inmunidad. Existe una conexión muy grande entre nuestra mente, emociones y cuerpo que nos cuesta entender.
Tal es esta conexión que el estrés puede modificar el equilibrio hormonal, aumentar el azúcar en sangre provocando una diabetes de tipo 2, reducir la capacidad cognitiva, disminuir la memoria, provocar la pérdida de masa muscular, elevar los niveles de colesterol en sangre, disminuir la cantidad de glóbulos blancos (con lo que el cuerpo se vuelve menos resistente a todo tipo de infección), reducir la absorción de vitamina D y calcio (lo que indica a futuro una posible osteoporosis), provocar cambios en la presión arterial y el ritmo cardíado, llevar a la depresión, generar ansiedad, aumentar la sensibilidad al dolor, disminuir la agudeza mental, conducir a fuertes migrañas, provocar insomnio, tensión permanente, cansancio, dolores musculares, falta de concentración y situaciones tan graves como lo puede ser un cáncer.
La aromaterapia es una forma sencilla, segura y económica de poder hacer frente al estrés, en principio por la liberación de neuroquímicos en el cerebro provocada como respuesta por el hipotálamo.
Sin embargo los aceites esenciales más allá de su química molecular presentan aromas familiares que han quedado registrados en la amígdala y que podrían volver a conectarnos con muchísimos recuerdos y sentimientos de felicidad.
El estrés es positivo, ya que es una respuesta del organismo en un intento de asegurar nuestra supervivencia, que nos permite actuar ante situaciones inesperadas, poniendo a nuestra disposición toda nuestra reserva energética de manera de que podamos enfrentarnos a aquello que nos agrede, ¿Cómo? Poniendo todo nuestro cuerpo en estado de alerta.
Si logramos adaptarnos el estrés desaparece.
Ciertamente la reacción de cada uno frente al estrés es personal, por lo que depende mucho del momento y la persona en quien aparece.
¿Pero cómo es que puede ayudarnos la aromaterapia clínica en el manejo del estrés?
Existen muchísimos aceites esenciales que podrían ayudarnos en el manejo del estrés y para ello puedes valerte de algunos como los siguientes:
Abeto negro, Albahaca exótica, Bergamota, Cedro atlas, Incienso, Flor de azahar, Lavanda, Lavandín, Mandarina, Naranjo amargo,Rosa, Limón, Palo de rosa, Pino, Romero cineol, Ravintsara, Menta, Mejorana, Pomelo, Rosa, Jazmín, Manzanilla romana, Ylang ylang, Mirra, Laurel.
Para utilizarlos simplemente debes recurrir a una buena dilución, o aplicándolos en las medidas correctas en algún vehículo aconsejable, a fin de poder hacerlos ingresar al torrente sanguíneo.