El doctor Bach decía que estamos conformados por un alma y una personalidad, y que la primera viene a este mundo con un propósito, pero esta personalidad muchas veces se llena de defectos. Miedo, inseguridad, egoísmo, incertidumbre, indecisión, culpa, y cuando esto sucede, se produce una desarmonía entre ambas lo que lleva a que el cuerpo se enferme.
Por ello es necesario que cuando se produzca este quiebre escuchemos eso que nuestro alma nos intenta decir.
Día a día, pasamos por montones de momentos de cambio y transformación, en la vida no hay nada estático, todo tiene movimiento.
Los aceites esenciales nos permiten desde diversos lugares poder conectar con nosotros mismos.
Mueven a nivel inconsciente muchísima información que ha quedado registrada, ayudándonos a conectar para hacerla consciente. Miedos, frustraciones, culpas, rechazos, represiones, dolores, vacíos, recuerdos, si podemos recordarlas podremos comprenderlas mejor.
Pero también nos conectan al placer, la alegría y el disfrute que se han reprimido y ocultado a causa del miedo, la culpa y diversos mandatos de los que nos hacemos cargo.
Cada aceite esencial nos toca de manera diferente. Quienes más saben nos dicen que gran parte del poder sobre nuestras emociones tiene también que ver con sus altas frecuencias vibratorias. Aunque sabemos que otra parte se debe a sus diversas moléculas. Integrar nuestras sombras, como diría Jung sería el trabajo necesario, vivimos rodeados de cosas que rechazamos de nosotros mismos. Cada aceite esencial y esencial se conectan con con nosotros a través de un mensaje diferente.
Son compañeros de ruta que nos guían y enseñan como grandes maestros, conectándonos a partes nuestras que por rechazar se nos hace difícil ver, y mucho menos aceptar.
Muchas veces algunos de ellos puede desagradarnos… con los años aprendí que cuando esto ocurre generalmente tiene que ver con espacios bloqueados, que no quisiéramos ver ni aceptar por ser tan dolorosos. Los aceites esenciales potencian nuestras virtudes.
Hola, Gonzalo, Soy Alma Edith Delvechio, farmacéutica y bioquímica recibida en la Universidad de Buenos Aires. Conocí la Aromaterapia Clínica de tu mano, que eres en Argentina la vanguardia en este maravilloso campo terapéutico. Me consta que en otros países ya se están usando los aceites esenciales como medicamentos incluso en hospitales, ayudando con su potencia a la recuperación de casos en los que la medicina tradicional con su farmacología y/o procedimientos no tiene mucho para ofrecer, por no decir nada.
Como científica veo en la aromaterapia una gran puerta abierta hacia la salud y el bienestar de las personas con muchas ventajas sobre los medicamentos tradicionales, porque no sólo incluye el tratamiento de los síntomas o conjunto de síntomas que la medicina actual llama «enfermedad» (como un medicamento clásico sólo que en el caso de los aceites esenciales, tanto la potencia como la farmacocinética, que es el tiempo que tarda en llegar a lugar de acción, son mayores, y los efectos adversos o secundarios si se los utiliza de forma adecuada guiadas por un profesional experto, son nulos), sino que también actúan sobre la parte de nuestro cuerpo que generó esos síntomas, nuestra psique que es mente y alma como lo llamaba Jung. Ésta ultima es una parte que la medicina tradicional no tiene en cuenta por haberse alejado cada vez más de la visión sistémica del ser humano y la naturaleza, separando sus partes como si fuera una maquina de precisión.
La Aromaterapia Clínica, una Ciencia de vanguardia, funciona porque es capaz, como vos contás, Gonzalo, en este artículo, de integrar y actuar sobre el cuerpo y la psique en conjunto, las incluye por inseparables, y porque ambas se retroalimentan para generar salud, bienestar y garantizar la supervicencia humana.
Gracias infinitas por tu trabajo constante, tu ciencia, tu sabiduría, tu amor y tu arte en este bello país donde en este campo todo está por aprenderse y multiplicarse.
Gracias por la información. Gran aporte de esta web. Saludos!